En el ámbito laboral contemporáneo, cada vez es más frecuente escuchar sobre la importancia de tener equipos autororganizados. Estos equipos, caracterizados por su habilidad de gestionar sus propias tareas y responsabilidades sin la necesidad de supervisión constante, están transformando la forma en que las organizaciones trabajan y entregan valor. Pero, ¿qué realmente implica la autoorganización y cómo se logra?
En Castor Sin Filro conversamos sobre esto:
Ideas clave del encuentro
- Definición de equipos autororganizados
A diferencia de la anarquía, un equipo autororganizado no actúa sin dirección. Estos equipos tienen objetivos claros y se estructuran para resolver problemas específicos. No trabajan sin un propósito, sino hacia una misión clara. - Niveles de autoorganización
Según en Capello, los equipos pueden categorizarse en tres niveles distintos:- Autogestionados: Priorizan y definen sus propias actividades, siempre dentro de una estructura y objetivo claros.
- Auto diseñados: Establecen quiénes participarán en el equipo y mantienen su estructura hasta el logro final del producto o servicio.
- Autogobernados: Sin liderazgo externo, toman decisiones dentro de un marco de trabajo preestablecido, priorizando tareas según el valor que proporcionen.
- Autoconciencia y madurez
Para que un equipo sea verdaderamente autororganizado, necesita alcanzar un alto grado de autoconciencia. Esto implica reconocer las fortalezas y debilidades del equipo, abordar conflictos de manera constructiva y estar dispuesto a aprender y adaptarse constantemente. Un equipo maduro no teme a los desafíos; más bien, los abraza como oportunidades de crecimiento. - Distanciamiento de la anarquía
Es crucial comprender que la autoorganización no significa anarquía. La resistencia a la idea de equipos autororganizados a menudo proviene de una falta de comprensión sobre lo que realmente significa. Se trata de tener un objetivo claro, un propósito definido y trabajar juntos para lograrlo, no simplemente actuar sin restricciones.
Principios para cultivar equipos autororganizados
- Establecer objetivos claros: Antes de que un equipo pueda autororganizarse, debe tener una dirección y propósito claros.
- Fomentar la comunicación abierta: Los equipos necesitan espacios donde puedan expresar opiniones, compartir ideas y resolver conflictos.
- Promover la formación continua: La capacitación y el aprendizaje constante son esenciales para mantener la adaptabilidad y la resiliencia del equipo.
- Reconocer y celebrar logros: Celebrar los éxitos fomenta la moral del equipo y refuerza el valor de la autoorganización.
Invitación
Si estás interesado en aprender más sobre este tema y en escuchar una conversación enriquecedora, te invitamos a ver el encuentro completo. Sumérgete en esta conversación y descubre cómo lograr equipos autororganizados en tu propia organización.