En el tejido complejo de nuestras rutinas diarias, a menudo nos encontramos cautivos del tiempo cronológico, ese ritmo implacable que los antiguos griegos asociaron con Cronos, el dios que devoraba a sus propios hijos. Esta perspectiva del tiempo es una constante universal, marcando el paso de cada día con la misma indiferencia con la que cambian las estaciones.
Sin embargo, existe otra noción de tiempo, una menos tangible pero más significativa en la experiencia humana, que Rafael Echeverría describe en El Giro de la Mirada. Es el tiempo de Kairós, el tiempo oportuno, que escapa a la uniformidad de Cronos, ofreciendo un matiz diferente, densidades distintas y oportunidades únicas.
En el libro, se nos recuerda que “Los griegos disponían de, por lo menos, dos palabras para referirse al tiempo,” diferenciando entre el tiempo inalterable de la naturaleza y el tiempo humano, que “conlleva densidades distintas, que habilita acciones diferentes y que pareciera transcurrir a velocidades desiguales.”
La distinción entre Cronos y Kairós
El tiempo de Cronos es el que observamos en nuestros relojes y calendarios; es mensurable y predecible. Pero el tiempo de Kairós, “el tiempo oportuno”, es subjetivo y fluctuante, resonando con la experiencia del atleta que, en la antigüedad, “detectaba el momento adecuado en el que debía disparar la flecha o el momento en el que en la carrera podía sobrepasar a sus competidores.”


Echeverría nos insta a reconocer esos momentos de Kairós en nuestras vidas, aquellos instantes fugaces que no se pueden medir pero que están repletos de potencial. “Para ser un buen corredor no basta con correr más rápido. Hay momentos en la carrera en los que conviene esperar. Pero hay otros en los que cabe tomar ventaja y adelantarse o arremeter.”
En la esfera profesional y personal, esta reflexión sobre el tiempo nos desafía a estar más presentes y conscientes de los momentos que realmente importan. No se trata solo de avanzar con la corriente del tiempo sino de saber cuándo es esencial actuar, cuándo es prudente pausar y cuándo es vital aprovechar la coyuntura que se nos presenta.
La noción de Kairós es particularmente relevante en el mundo actual y, particularmente en innovación, donde la rapidez y la eficiencia a menudo se valoran sobre la reflexión y la oportunidad. A través de la mirada de Echeverría, somos invitados a contemplar no sólo el cuándo sino el cómo vivimos cada instante de nuestras vidas.
Al final, este concepto se convierte en una herramienta poderosa para el liderazgo, la gestión del cambio y el desarrollo personal. Nos enseña que reconocer y aprovechar el Kairós puede ser la diferencia entre seguir el guión de la vida o escribir nuestros propios actos destacados. Es una llamada a la acción, no cuando el reloj lo indica, sino cuando la vida nos ofrece una ventana de oportunidad.
En nuestras manos está la elección de vivir al ritmo implacable de Cronos o bailar al compás del inspirador y transformador Kairós. La sabiduría en la innovación reside en reconocer que, a veces, el tiempo oportuno es el verdadero artífice de lo extraordinario.
Una respuesta
Hacer improvisación de vez en cuando.
Hacer consciencia del momento adecuado, la oportunidad en el tiempo lineal.
Dejarse influenciar haciendo conciencia de la linealidad, y recordar que ese proceso implica ejercitarse mentalmente, dado que hacerlo genera desgaste energético.