Parte de las ideas que comparto con ustedes nacen en una conversación que tuve con alguien, especialmente con un amigo. Cuando esto sucede, por lo general estamos en casas o ciudades o países diferentes, pero gracias a las redes nos podemos conectar y las relaciones siguen teniendo ese toque de complicidad que abraza tanto el encuentro como el desencuentro.
Esta vez le tocó a Juan Carlos Hoyos hacer el papel de cómplice cuando de repente la palabra Óscar apareció en las pantallas de nuestros teléfonos y sin planearlo nos despachamos en un análisis del evento que desembocó en una pregunta puntual:
¿Serán los Premios Óscar los nuevos dinosaurios?
Recuerdo que hace muchos años este era uno de los eventos más esperados por muchos. Era el momento en que la red carpet brillaba con luz propia y sobre ella, el desfile de actrices, actores, directores y demás participantes de las producciones cinematográficas que recibían todos los reflectores. El glamour de los actores se podía hasta oler en las pantallas. Y esas películas nominadas -mucho más aún las premiadas-, las teníamos que ver si queríamos estar a la vanguardia.
Desde hace algún tiempo el impacto ha ido bajando y aunque hemos sido testigos de los esfuerzos hechos por sus organizadores por seguir manteniendo la atención de la audiencia, en esta 93ª entrega de los Premios Óscar no pudieron evitar la caída del rating, alcanzando un mínimo histórico de 9.85 millones de espectadores, lo que significa un 58% menos con respecto al año anterior, según las estadísticas entregadas por Nielsen y ni compararlo con el 2004 en el que 43 millones de estadounidenses siguieron la transmisión.
Las hipótesis para tratar de entender lo que pasa con este evento y aquellos relacionados con premiaciones, son muchas y más si tenemos en cuenta que ahora todo el mundo puede lanzar su teoría, incluidos nosotros que nos aventuramos a considerar las siguientes:
Ya no vemos televisión
Muchas personas ya no soportan los comerciales, o que el operador y no ellos decidan cuándo y cómo ver sus contenidos. Como lo cuenta la revista Forbes en 2021, el 68% de usuarios en USA consume entretenimiento por servicios de Streaming mientras que el 28% lo hace por televisión por cable. Más aún, el 27% expresó su intención de cancelar la TV por cable, mientras que en 2020 los que pensaban cancelarla eran el 15%.
Lo que aún queda en la televisión por cable son los eventos deportivos, como las transmisiones de NFL, el Tour de francia o la NBA, pero apenas esto lo tomen los de streaming, como lo está haciendo Amazon prime con la NFL, ese mismo día, mucha gente, como yo, cancelará la televisión por cable y sólo quedarán en ella las personas mayores edad. En ese momento, creo yo, el negocio de la Televisión por cable no será sostenible y morirá rápidamente.
Ni vamos a cine
Podría pensarse que es sólo mientras la pandemia, pero el fenómeno creo que perdurará. Es más barato y cómodo quedarse en la casa, y con los encierros mucha gente, al menos los que tenían dinero para ir a cine, han adecuado sus sitios de entretenimiento en casa: han comprado Video Beams, TV más grandes , equipos de audio, mobiliario especial y se han suscrito a más servicios de Streaming, por lo tanto, en la era post Covid es posible que vayamos menos al cine.
Ni nos gusta que unos jurados rankeen las películas que tenemos que ver
Esto está relacionado con el hecho de que ahora podemos elegir y queremos creer que lo estamos haciendo, aunque eso también es cuestionable porque muchas de esas elecciones están mediadas por un algoritmo que nos hace recomendaciones de acuerdo con lo que “supuestamente” nos gusta.
Mucho menos nos deslumbran tan fácilmente
Ni con los vestidos de gala, ni con el show de luces, ni con los conciertos y demás estrategias que usan para engrandecer el espectáculo. Ahora los que quieren acercarse a sus artistas, buscan (o mejor) les sugieren un live en Instagram y entran a las casas de los protagonistas, conocen su salas, sus closets, y hasta qué comen, o cómo se divierten.
Con la digitalización hemos migrado de lo monocultural a lo microcultural
Antes no podíamos elegir, las disqueras decidían por nosotros y entonces todos cantábamos al unísono a Queen o a The Rolling Stones y esperábamos un concierto, un disco, una noticia relacionada… Ya eso no volverá a pasar, pues bandas como esas no volverán a existir y no por su calidad o estilo, sino porque con Spotify, Deezer, Apple Music, entre otros, vamos y venimos entre los millones de ofertas que se producen diariamente.
Ahora, ni qué decir del cine, que estuvo controlado por Hollywood hasta que Netflix, Amazone Prime, Apple TV, Disney + y a hasta Youtube y demás plataformas de streaming abrieron una puerta que lleva a infinitas posibilidades en las que se incluye el consumo de producciones de muy buena calidad, mucha variedad y a demanda porque eso es justo lo que requiere el mundo hoy. Y lo más importante es que, aunque eso es justo lo que requiere hoy, mañana puede requerir otra cosa porque estamos en un mundo cambiante y digitalizado.
Estoy seguro de que hace veinte o treinta años los organizadores de los Óscar no se imaginaron que les sucedería lo mismo que a Blockbuster, Kodak o Nokia cuando los veían caer uno a uno. Ahora tienen pánico las empresas de cruceros, aerolíneas, hoteles y empresas de construcción, venta o alquiler de oficinas, entre otras.
¿Será que tu empresa también puede ser el próximo dinosaurio y no te has dado cuenta?
Gracias a Paula Arredondo, nuestra amanuense y editora.
La imagen de portada fue tomada de: Background vector created by freepik – www.freepik.com
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