ESC. 1 INT. SALA DE REUNIONES – 8 A.M.
El equipo de trabajo se encuentra reunido en un daily de un proyecto. Mientras disfrutan de sus aguas y tintos, discuten sobre algunos asuntos puntuales. Todos cuentan de avances y obstáculos, lo habitual en este evento.Cuando llega el momento de hablar del Product Owner, este dice.
PRODUCT OWNER
(Imponente)
Vamos a hacer todo lo posible
para que no salgan recomendaciones
de los usuarios.
Todos asienten.
O sea, ¿están en una fase final donde van a entregar un producto, pero no quieren que los usuarios den sus recomendaciones y si lo hacen, no les van a prestar atención, es decir, de malas si no les gustó? Pues sí y aunque esta escena parece ficción, no lo es.
La verdad es que todavía no me repongo.
Esto, visto desde cualquier punto, va en contravía de todo lo que compone un modelo ágil, pues esta posición está muy lejos de centrarse en el cliente y de crear productos que realmente le generen valor. Y no importa el tipo de producto que sea, podrían ser juguetes, pero si los niños no van a encontrar valor en ellos, ¿qué sentido tiene?
Me parece increíble que a estas alturas todavía estemos pensando tan “taylorianamente”, en que lo importante es minimizar el costo sobre cualquier cosa, sin generar valor, sin acercarnos a los usuarios. Hace rato este tipo de pensamiento llegó a su fase final, hace rato nos planteamos unas nuevas maneras de hacer que nos ayuden a ser más asertivos, más ágiles, teniendo siempre presente lo que de verdad importa: el usuario.
Los invito siempre a pensar qué es lo que el usuario necesita, ¿no sabemos qué es? pues preguntémosle, entreguemos incrementos de valor sobre los que nos puedan dar retroalimentación y así poder encontrar lo que realmente este quiere y va a usar de comodamente.
¿Te ha pasado algo parecido? ¿Cómo lo has resuelto?
La imagen de portada fue tomada de: Background vector created by freepik – www.freepik.com
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