Los marcos mentales son estructuras que nos ayudan a interpretar y comprender la realidad. Pero, en lugar de ser verdades universales, estos marcos son constructos imbuidos de subjetividad, influenciados por las experiencias y perspectivas de quienes los elaboran. Por ejemplo, un marco creado por especialistas norteamericanos en un contexto de alta productividad podría no tener la misma relevancia en un entorno cultural o económico diferente, como el latinoamericano.
Herramientas Interpretativas, no verdades absolutas
La realidad está teñida por la subjetividad de cada individuo. Un marco mental construido desde la vivencia de la escasez seguramente será diferente al de alguien que ha vivido en la abundancia. En palabras de Alfred Schutz: “El origen de toda realidad es subjetivo; todo lo que excita y estimula nuestro interés es real” (197). Por ende, hay múltiples realidades, y los marcos nos ayudan a navegarlas, aunque no siempre correspondan exactamente a nuestra situación.
La influencia de los marcos en nuestra percepción es innegable. Si nos acercamos al mundo con un enfoque basado en la escasez, es probable que veamos más barreras que oportunidades.
Perspectiva intersubjetiva y la realidad múltiple
Para profundizar en este concepto, es esencial entender la perspectiva intersubjetiva, que sugiere que el mundo de la vida cotidiana es un espacio comúnmente compartido que precede a nuestro nacimiento, un mundo ya interpretado y vivido por otros antes que nosotros. Como apunta Alfred Schütz en La construcción significativa del mundo, este mundo ya estructurado se integra y se moldea con nuestras propias experiencias e interpretaciones.
Un elemento crucial en el pensamiento de Schutz es que “toda interpretación de significado del mundo social está pragmáticamente determinada” (página 68), es decir, que toda interpretación de este mundo se basa en un cúmulo de experiencias anteriores a él. Esto implica que, más allá de percibir el mundo como una realidad privada, lo interpretamos usando un esquema de referencia construido a partir de experiencias pasadas y compartidas. En esta dinámica, actuamos constantemente sobre el mundo, dejando nuestras huellas y modificándolo, en un proceso que Schutz describe como eminentemente práctico.
Redefiniendo y adaptando nuestros marcos
De allí que utilizar un marco de manera indiferente ante cualquier realidad es olvidar que esta se redefine de manera constante. Es necesario adaptar los marcos a nuestros contextos y reconocer sus limitaciones. En este sentido, adoptar un pensamiento crítico nos permite evaluarlos de manera objetiva y hacer elecciones informadas, ajustándolos conforme evolucione nuestra comprensión del entorno.
Ejemplo
Gracias a Abner Trejos (Ver Linkedin) por los ejemplos para este artículo:
“A la salida de un centro comercial, se dañó la talanquiera Entonces, la gente puso un cajita con la plata. No se armó trancón, ni fila, ni la gente empezó a gritar; sino que dejaban la plata y sacaban la devuelta. Se autororganizaron para que no se volviera un caos debido al daño en el sistema de pagos del parqueadero. En Japón, la gente se autoorganiza como parte de su cultura, en su crianza, en su forma de ver el mundo.
En Estados Unidos, tuve la vivencia de que con el pronóstico de clima empacan la maleta, eligen zapatos para lluvia ligera o toman decisiones sobre ir a comer entre hora y hora, decisiones basadas en métricas en tiempo real para saber qué van a hacer según el clima.
En Colombia no vivimos de mirar las métricas y tomar decisiones; es algo que es muy ajeno. Mi premisa es que la cercanía culturalmente con ese tipo de actitudes facilita la adopción de marcos en el trabajo, en la manera cómo se resuelven problemas en las empresas, en los equipos con los clientes. Aquí se necesitan otras cosas o una adaptación para que funcionen en nuestra lógica y en nuestra realidad”.
Conclusiones
Los marcos funcionan como lentes interpretativos, pero nunca deben ser considerados como representaciones exactas de la realidad. Al reconocer esta distinción y ser conscientes de su naturaleza subjetiva, podemos ser más adaptables, flexibles y mejorar nuestra interacción con el mundo que nos rodea.
*Elaborado a dos cerebros y cuatro manos por Lina Ceballos y Juan Andrés Ochoa.