¿En qué se parecen Galileo Galilei, los retos de la vida y los coaches geniales? A primera vista, podría parecer una combinación inusual. Pero, al adentrarnos, encontramos un hilo conductor: todos son agentes de nuevas miradas que crean nuevos criterios para tomar nuevos marcos de decisiones.
Mientras estudiaba el libro El poder de las palabras, de Mariano Sigman, me encontré reflexionando con esto:
Aunque Galileo no fue el inventor del telescopio, consiguió unos ejemplares producidos en Holanda y los perfeccionó. Con su versión mejorada, pudo observar detalles celestiales que antes eran invisibles al ojo humano. Este instrumento no solo amplió su vista, sino también la de la humanidad.
Galileo Galilei avistó por primera vez algo imposible de ver al ojo desnudo: unos satélites que orbitan alrededor de Júpiter y no de la Tierra. Con eso cambió de una vez y para siempre nuestra concepción del universo.
Esta observación mostró que Júpiter y sus lunas se movían de manera similar a nuestro propio sistema solar. Esta revelación cuestionó la creencia arraigada de que la tierra era el centro del universo, y pudo corroborarse replantear, de manera mucho más exacta los cálculos y predicciones del recorrido de los planetas 1. Así, en adelante, aquellos que hemos podido beneficiarnos del legado de Galileo, pudimos ver el cosmos bajo una nueva luz.
Sin embargo, sus hallazgos no fueron aceptados sin resistencia. La confrontación entre Galileo y la Iglesia católica simbolizó un choque entre dos formas de pensar: el razonamiento inductivo y el pensamiento crítico, basados en observaciones y pruebas, y el dogmatismo, arraigado en la tradición y la autoridad. Aunque Galileo presentó evidencia clara y repetible, se encontró con un statu quo que estaba firmemente enraizado en dogmas antiguos.
Coaches geniales y la vida cotidiana
Pero, ¿cómo se relaciona todo esto con los coaches y los desafíos de la vida? Así como Galileo mostró una nueva perspectiva del universo, un coach genial nos ayuda a ver nuestra vida cotidiana desde un ángulo diferente. Nos proporcionan información que redefine nuestros criterios de toma de decisiones.
Del mismo modo, los desafíos que enfrentamos en la vida, ya sean enfermedades, pérdidas o adversidades, pueden sacudir nuestra percepción y permitirnos ver nuestra existencia desde una perspectiva renovada. Esta renovación, similar a la revolución galileana (de la especulación teórica a la confirmación experimental), nos da las herramientas para enfrentar la resistencia de nuestro statu quo personal y superar los obstáculos que se nos presenten.
El poder transformador de los coaches y consultores
Más allá de las estrellas y los planetas, en nuestra vida cotidiana encontramos ejemplos de cómo una nueva perspectiva puede cambiarlo todo. Los coaches y consultores geniales, así como los contenidos, y especialmente los libros —sí, estoy denotando mi sesgo por lo mucho que me gustan— juegan un papel crucial en este ámbito. Con sus intervenciones, ofrecen miradas diferentes, iluminan áreas ocultas de nuestra vida y pensamiento y nos presentan evidencia que nos permite observar una realidad distinta.
En esencia, como me evidenció mi amigo Wbeimar Vásquez (Ver LinkedIn), una nueva perspectiva nos brinda información para establecer nuevos criterios de toma de decisiones.
Quiero compartirles una experiencia personal que ilustra este poder. Cuando busqué mejorar mi capacidad de escucha, acudí a un terapeuta. En el transcurso de nuestras sesiones, diagnosticó que, debido a mi orientación hacia los resultados, tendía a apresurar las conversaciones, interrumpiendo a los demás. Además, tenía una propensión a juzgar el mensaje que me transmitía con una fuerte influencia por la fuente (persona que la emitía). Estos juicios influían en cómo escuchaba y respondía.
Mi terapeuta me propuso un ejercicio: durante 90 días, debería anotar cada vez que interrumpía una conversación o juzgaba a alguien basándome en mis prejuicios. Al final del ejercicio, me di cuenta de que estos comportamientos eran más frecuentes de lo que imaginaba.
Para superar esto, adopté un mantra que me recuerda escuchar con “apertura y humildad”. Ahora, en lugar de interrumpir, anuncio cuánto tiempo queda para una conversación. Al hacerme consciente de mis hábitos y desafiarlos, mejoré significativamente mi capacidad de escucha y la calidad de mis interacciones. Esta transformación fue posible gracias a la intervención de un experto que me mostró una perspectiva que previamente estaba oculta para mí.
Observación y transformación
Así que, ya sea a través de las observaciones revolucionarias de Galileo, la orientación de un coach inspirador o los altibajos de la vida, todos tenemos la oportunidad de ver el mundo con nuevos ojos. La verdadera pregunta es: ¿estamos dispuestos a aceptar estos nuevos puntos de vista y dejar que nos transformen?
Las palabras juegan un papel fundamental en esta transformación. Como Mariano Sigman destaca en El poder de las palabras, nuestra capacidad para “pensar distinto”, “juzgar nuestras propias ideas”, “dudar de uno mismo”, y “revisar” son cruciales en este proceso. Al igual que Galileo, que tuvo que confrontar y desafiar las creencias establecidas, cada uno de nosotros necesita la agudeza y la voluntad para cuestionar nuestras propias realidades y las de quienes nos rodean.
Conclusión
Tanto Galileo con su telescopio como mi terapeuta con sus ejercicios, nos brindan herramientas para ver el mundo desde una nueva perspectiva. En ambos casos, lo que inicialmente está oculto se vuelve visible, o como lo diría Baruch Spinoza, evidenciamos nuestros techos de cristal, permitiéndonos tomar decisiones más informadas, con menos velos y enriqueciendo nuestra experiencia de vida. La verdadera magia radica tanto en el que nos permite observar diferente como en nuestra disposición para adoptar estos nuevos puntos de vista y permitir que transformen nuestra vida.
Fuentes: Basado en el libro El poder de las palabras de Mariano Sigman, Wikipedia sobre Galileo y agradecimientos especiales a Wbeimar por sus valiosas contribuciones.
*Imagen generada por IA
1.Por cierto, El nombre planeta, -tes, que apareció tardíamente en latín sustituyendo a stellæ errantes, proviene del griego planétes ‘errante’, ‘vagabundo’, una variante de planes, planetos, con origen en el verbo planasthai ‘andar errante’, presente en la expresión griega plánetes asteres ‘astros errantes’. Fuente: https://www.elcastellano.org/palabra/planeta
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Una respuesta
Me gustó, solo le agregaría una llamada a la acción al final para que el lector active la reflexión, algo como ¿Qué desafíos o experiencias le han ayudado a cambiar su perspectiva de la vida? y quizá establecer explícitamente la tesis del escrito de que los coaches, al igual que Galileo, nos ayudan a ver el mundo con nuevos ojos al inicio del escrito, para establecer el tono del ensayo